30/8/16




Buenísimas tardes querido lector, ruego a usted alegria y paz durante mi regreso.M e gustaría hacer de su conocimiento que mientras redactó esta carta sobrevuelo el hermoso Golfo de México, se preguntará por qué he tenido el atrevimiento de escribirle en alas de tal altitud, créame cuando le digo que no busco importunar su bello canto ni el sutil estro de su pluma. 

Ha de disculparme entonces por socavar alivio momentáneo ante gigantes, ante la inmensa caída a la cual me sobrepongo y esas rosadas vaporosas me besan o eso intentan sin saber que un cristal se prima a mí y la muerte. Admiro tal majestuosidad y me río en silencio, pues pareciese que el motivo de estas letras se encontrará tornasol bajo el resguardo del sol.

A mi favor he de contestar que usted querido leyente desafía toda razón o lógica alguna que sobre la tierra pueda encontrar o interpretar, por consiguiente evocó a Icaro alcanzando la majestuosidad del sol, a sus vítreos ojos facultados para hallar belleza en el orden* más simple y es ahí donde esa magnificencia perfumosa me inunda los pulmones en cada uno de sus versos.

Anhelo poder sacarme las visceras querido lector, eso, lo más sucio, apestoso y despreciable ante los ojos, más usted vería iridiscente el epitelio más pegajoso como algo increíble. ¿Será tal vez que “lo más hermoso es lo que te hace vomitar”? 

No lo sé y es aquí cuando estando en la tierra su versar me eleva. Quería contarle a las nubes de cerquita, que padezco de corazón ardiente y he caído en las garras del amor, que no sufro en la contemplación del horizonte, ni de las consecuencias de la caída, pues es usted mi bien, es usted de quién estoy perdidamente enamorada y seguramente ellas entenderían de esas cuestiones pues trascienden varios estados físicos para llegar a la elevación.

Me encuentro en la tierra ahora entre los mortales y usted de ante mano sabe que versar sobre lo inefable sería pronunciar su nombre.. pues he llegado a mi destino luz de mi corazón, disculpadme la brevedad de mi inconclusa carta, reciba usted muchisimos besos sobre la punta de tu nariz, Satory.

*entendido para los legos como lo*


Nemmesis Satory Anne Zednánreh
[La dolorosa]