16/7/25

Chocolate Amargo

 



Soy consciente de la facticidad y la efimeridad de las cosas.

Por eso siempre agradezco los momentos,

para no sufrir apego por ellos.

Aun así, brindo mi cariño incondicional,

a reserva de que sea unidireccional

o se tope con el ego sobrecrecido.


Entiendo también que cada cabeza es un mundo.

En este sentido, las acciones se convierten en confirmaciones de decisiones pensadas,

y su ausencia apunta a equívocos.

No me opongo a ellas;

sin embargo, es menester saber de lo que se versa

para poder direccionar con dignidad

el término o la continuidad.


No existe el dolor para quien acepta la verdad.

Duele el anhelo,

y las creencias arraigadas

a lo que uno quiere que sea la verdad.


Quizá hemos de mirar la belleza del abismo,

en la complejidad de lo humano,

evanescente y ondulante...


Para aprender a reír de lo que somos.


Quizá no se llenará,

aún así hay que acondicionarlo

para poder vivir.


Pues en nuestra corporalidad habitamos;

es lo único que nos pertenece,

nos salva,

nos espaguetifica y nos vomita hasta asquearnos...


Para ver en lo abyecto lo más hermoso.



Nemmesis Satory Anne Zednánreh